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Las metodologías híbridas de proyectos suponen un punto intermedio en el que es relativamente fácil encontrar acuerdos para fijar las acciones necesarias encaminadas a cumplir los objetivos trazados.

Abren las puertas al mundo ágil flexibilizando los procesos de la metodología tradicional sin perder lo primordial de ambos enfoques: por un lado se usa una planificación por fases muy cercana a la tradicional, junto a entregables que implican una ejecución propia de desarrollos ágiles de productos.

De esta forma se ayuda a las organizaciones a responder a las necesidades de los clientes y a los cambios en el mercado. 

Ello sin olvidar beneficios adicionales tales como:

• Menor incertidumbre: al usar la planificación como base para organizar los recursos, coordinar las actividades y controlar los resultados para futuros sprints o iteraciones.

• Reducción de riesgos: Debido a que durante la ejecución del proyecto, el equipo de trabajo puede detectar no solo amenazas sino también oportunidades de mejora gracias a la comunicación frecuente con el cliente y el contacto continuo con el mercado.

Todo esto está muy bien… pero… ¿Qué se necesita para implementar una metodología híbrida para la gestión de los proyectos?  

Hay ciertos elementos clave que ayudarán en la implementación de una metodología híbrida, entre los que debe destacarse un equipo de trabajo en el que todos los miembros tengan un alto nivel desempeño y de autonomía, por decirlo en una palabra: que sean autosuficientes. Ello quiere decir que en su trabajo diario no necesitan una figura que les diga lo que deben hacer, ellos lo saben y lo ejecutan.

Aparte los miembros han de cumplir con las siguientes características:

• Todos han de colaborar de forma efectiva para el cumplimiento de objetivos usando su capacidad de análisis.
• Por su formación, usan las mejores técnicas para ejecutar sus tareas de acuerdo a sus responsabilidades.
• Manejan estándares altos de calidad.
• Tienen un alto nivel de confianza en el resto del equipo de trabajo.
• No tienen miedo a tomar riesgos.
• Las jerarquías quedan minimizadas en el equipo de trabajo permitiendo mantener comunicaciones con plena confianza.

En cuanto a las herramientas a emplear deberán tenerse en cuenta:

• Tablero Kanban: Permite medir el avance de las actividades de los miembros del equipo: Jira, Trello, etc.

• Instrumento de planeación, ejecución y control: Indispensable para formalizar por escrito elementos que permitirán el éxito del proyecto como objetivos, actividades, dependencias, riesgos, pendientes, y algunas variables más. Estas herramientas pueden ser tan sencillas como un Excel o muy visuales como Miro.

• Herramientas de comunicación disponibles para el equipo de trabajo: fundamentales a cuidar en un proyecto, manteniendo la mayor transparencia posible en los diferentes canales que decida utilizar el equipo en su día a día, pudiendo ir desde un simple grupo de Whatsapp o intercambios de correos electrónicos hasta herramientas más complejas como Slack, incluyendo también las herramientas de gestión como Jira.

Como resumen, según se ha indicado ya por parte de expertos el enfoque híbrido tiene su campo de utilización principalmente en proyectos en los que se conoce de los objetivos del proyecto el CUÁNDO y el POR QUÉ, pero se está abierto a definirse el CÓMO.